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martes, 13 de enero de 2015

Kimberly Michelle Hricko, asesinato en San Valentín

Kimberly Hricko

Kimberly Hricko era una técnica quirúrgica con mucho futuro, nacida en 1965 en Maryland, Estados Unidos.

No pudo haber elegido una mejor fecha para asesinar a su marido: lo mató el 14 de febrero en plena víspera de San Valentín. El asesinato ocurrió en 1998 y fue arrestada 3 meses después.

Aunque ella y su marido llevaban una vida cómoda de clase media, el motivo del crimen fue el cobro del seguro de vida de su pareja, Stephen Hricko, quien tenía 35 años. Kimberly le inyectó ácido clorhídrico y luego prendió fuego la habitación del hotel que estaban compartiendo.

La imagen brillante y suburbana del esposo (que había estado con ella 9 años) se desvaneció entre el humo y las llamas del día de los enamorados. Ambos se habían trasladado a la costa este de Maryland, en una escapada romántica que los llevó hasta un campo de golf que ofrecía un paquete de San Valentín: un complejo propicio para unas merecidas vacaciones. En el complejo se organizó un juego entre todos los adultos presentes, lugar en el que vieron una novela policíaca y luego trataron de resolver entre todos el asesinato que acontecía. Pero nadie estaría preparado para vivir ese día, una trama policíaca 100% real y extremadamente espesa, cuando se descubrió que en la habitación donde se hospedaba la pareja
Hricko, aparecería más tarde el cuerpo carbonizado de Stephen.

Aunque
Kimberly Hricko afirmó que su marido se había emborrachado y que murió por la inhalación de humo, la autopsia no mostró signos de alcohol o de monóxido de carbono que debería haber quedado en su cuerpo. Además, los amigos y compañeros de trabajo de la acusada declararon que ella había confiado sentirse “amargamente infeliz” en su matrimonio, y que además quería deshacerse de su marido… no obstante, nunca sospecharían que esta declaración sería tan literal. Por otra parte, un compañero de trabajo declaró que Kimberly Hricko le ofreció 50.000 dólares para asesinar a su marido. También surgieron fuertes rumores de que ella estaba teniendo una aventura con un hombre más joven.

En el juicio de Kimberly Hricko, se descubrió que ella había utilizado un paralizador muscular casi imposible de rastrear (usado como anestésico en la cirugía). En altas dosis, la sustancia paraliza el diafragma y detiene la respiración del sujeto, produciendo un daño cerebral fatal en cuatro minutos. El crimen sería para recoger la póliza de seguros de US$ 400.000. 


Otra prueba en su contra fue el cigarrillo que dejó intencionalmente en la escena del crimen, para que la habitación tomara fuego: diría en su defensa el marido lo dejó prendido accidentalmente y que al estar borracho no reaccinó cuando todo se prendió fuego. La policía pudo comprobar que esa marca de cigarrillos la había adquirido ella previamente, aún cuando negó en un principio haber sido quien los compró.

Kimberly Hricko fue declarada culpable de ambos cargos (incendio y asesinato en primer grado) el día 20 de marzo de 1999 y condenada a cadena perpetua más un plus de 30 años de prisión.

Un detalle anecdótico es que la fama del hotel creció después del asesinato y a menudo, los huéspedes solicitan la habitación donde murió Stephen Hricko.

martes, 16 de diciembre de 2014

Vasiliki “Vicky” Efandis

Vasiliki “Vicky” Efandis

La asesina también figura en algunos portales de internet como Vasiliki “Vicki” Efandis

Un juez de la Corte Suprema calificó el crimen como malvado, a sangre fría, despiadado e impulsado por la codicia.

La viuda negra (término que ya nos indica la tipología de la asesina) era una madre separada de su pareja quien reclamó una pensión de invalidez mientras trabajaba como empleada doméstica.
Gracias a esta ocupación conoció a George Marcetta, un padre divorciado de 56 años que tenía bastante éxito en su negocio de pintura. Para ese entonces, corrían los meses del año 2002 y ella tenía 44 años.

Mediante una fingida atracción, Vasiliki Efandis robó el corazón de este hombre solitario. Así como ella se fue introduciendo en su vida, comenzaron una relación amorosa.
La dominante, manipuladora e intrigante mujer tomó el control de sus negocios y asuntos financieros.

El 8 de septiembre de 2004, el cuerpo carbonizado del Sr. Marcetta era encontrado en el dormitorio de su casa, devastado por el fuego. Las pruebas de toxicología revelaron que la muerte no se debió al sofocamiento ni al propio fuego, sino que había sido drogado previo al incendio. Vasiliki Efandis fue arrestada y acusada de asesinato.

Pasó algún tiempo en la cárcel y se enfrentó a una audiencia preliminar en la Corte de Magistrados de Melbourne, en la que un amigo del Sr. Marcetta, (Zoran Obradovic) dijo que la acusada controlaba todas las ganancias de la víctima. Incluso no le permitía prestar dinero a los amigos.

En un comunicado de la policía licitado en la audiencia preliminar, una ex presa que compartió la celda con Vasiliki Efandis declaró que la asesina había confesado su crimen mientras estaba detenida y que además, había planificado el incendio durante meses.

La ex-compañera de celda sostuvo además que Efandis habría tratado de asesinarla poniendo veneno para ratas en su té.

Una vez culminado el juicio, la acusada se declaró inocente (not guilty) del cargo de asesinato. Se le concedió la libertad bajo fianza en espera de su juicio en la Corte Suprema para realizarse en el año 2008. 

Según la defensa de George Marcetta, Vasiliki Efandis se apoderó del manojo de las finanzas de su pareja y en la noche del 8 de septiembre de 2004, preparó una comida especial para colocar los sedantes (Serapax) y dejarlo morir en el incendio. Casualmente, esta era una droga que ella consumía. Luego de dormido, la mujer utilizó 28 litros de kerosene que fue repartiendo en toda la casa y comenzó pequeños incendios focalizados en cada habitación.

El novio había vendido su casa para comprar una nueva propiedad que puso a nombre de Vasiliki Efandis y su negocio también era manejado por ella. Además, lo persuadió para que pusiera un auto Jaguar a nombre de su hija y de compartir las cuentas bancarias.

La acusada se contradijo con respecto a los mensajes de texto que él le había mandado y asimismo, acusó sin éxito a otro hombre con el cual Marcetta podría tener problemas.
Después de tres días de deliberación, el jurado acordó un veredicto de culpabilidad.
En noviembre de 2008, el juez Stephen Kaye condenó a Efandis a 24 años de cárcel, con un mínimo de 20 años.

A sus 50 años, la mujer no mostró ninguna clase de remordimiento, aún habiendo cometido un crimen tan atroz, premeditado y dejando a la víctima incapacitada para escapar de las llamas a causa de la gran dosis de calmantes.

La policía sospecha que ella puede estar vinculada con otros crímenes de personas mayores, que también perdieron la vida por envenenamiento. Estos individuos eran un blanco fácil para la asesina, cuyo móvil era el dinero.

sábado, 6 de diciembre de 2014

Luo, lávate los pies

Luo (lavate los pies)

No hay mucha información sobre este crimen, así que seguiremos buscando más datos para ampliar al caso.

El hecho sucedió en China. Luo era una mujer que se había casado hace apenas un mes con Wang. Parece que la convivencia de la pareja no era del todo buena, ya que tenían discusiones frecuentemente. Algunas sucedían por temas triviales. Su luna de miel tampoco había estado ajena a los conflictos.

Pero una de las discusiones fue más allá del límite. En un intento por calmar las aguas, los recién casados decidieron beber alcohol para tranquilizarse.  Cuando parecía que habían encontrado la paz, un hecho estaría por desencadenar una fatal tragedia: Eran las 22:00hs cuando Luo advirtió que su marido se había ido a dormir sin lavarse los pies. Tuvo un ataque de ira que no pudo controlar y además, su borrachera era muy grande.

Las consecuencias fueron terribles: Luo prendió fuego la sabana donde Wang dormía. Él hombre advirtió lo que estaba sucediendo, pero fue incapaz de escapar debido a su ebriedad y terminó desmayándose. La mujer sí fue capaz de salir pero no pudo salvar al marido.

La policía de Hubey (provincia donde residía la pareja) ya han detenido a la responsable del asesinato.

Tema aparte, no recuerdo en qué cultura asiática es importante tener los pies limpios, e incluso, dentro de los hogares no se permite el calzado porque consideran que los zapatos contaminan la morada con la suciedad de la calle. Si esto es así, el crimen tal vez haya tenido alguna carga cultural.
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