La asesina también figura en algunos portales de internet como Vasiliki “Vicki” Efandis
Un juez de la Corte Suprema calificó el crimen como malvado, a sangre fría, despiadado e impulsado por la codicia.
La viuda negra (término que ya nos indica la tipología de la asesina) era una madre separada de su pareja quien reclamó una pensión de invalidez mientras trabajaba como empleada doméstica.
Gracias a esta ocupación conoció a George Marcetta, un padre divorciado de 56 años que tenía bastante éxito en su negocio de pintura. Para ese entonces, corrían los meses del año 2002 y ella tenía 44 años.
Mediante una fingida atracción, Vasiliki Efandis robó el corazón de este hombre solitario. Así como ella se fue introduciendo en su vida, comenzaron una relación amorosa.
La dominante, manipuladora e intrigante mujer tomó el control de sus negocios y asuntos financieros.
El 8 de septiembre de 2004, el cuerpo carbonizado del Sr. Marcetta era encontrado en el dormitorio de su casa, devastado por el fuego. Las pruebas de toxicología revelaron que la muerte no se debió al sofocamiento ni al propio fuego, sino que había sido drogado previo al incendio. Vasiliki Efandis fue arrestada y acusada de asesinato.
Pasó algún tiempo en la cárcel y se enfrentó a una audiencia preliminar en la Corte de Magistrados de Melbourne, en la que un amigo del Sr. Marcetta, (Zoran Obradovic) dijo que la acusada controlaba todas las ganancias de la víctima. Incluso no le permitía prestar dinero a los amigos.
En un comunicado de la policía licitado en la audiencia preliminar, una ex presa que compartió la celda con Vasiliki Efandis declaró que la asesina había confesado su crimen mientras estaba detenida y que además, había planificado el incendio durante meses.
La ex-compañera de celda sostuvo además que Efandis habría tratado de asesinarla poniendo veneno para ratas en su té.
Una vez culminado el juicio, la acusada se declaró inocente (not guilty) del cargo de asesinato. Se le concedió la libertad bajo fianza en espera de su juicio en la Corte Suprema para realizarse en el año 2008.
Según la defensa de George Marcetta, Vasiliki Efandis se apoderó del manojo de las finanzas de su pareja y en la noche del 8 de septiembre de 2004, preparó una comida especial para colocar los sedantes (Serapax) y dejarlo morir en el incendio. Casualmente, esta era una droga que ella consumía. Luego de dormido, la mujer utilizó 28 litros de kerosene que fue repartiendo en toda la casa y comenzó pequeños incendios focalizados en cada habitación.
El novio había vendido su casa para comprar una nueva propiedad que puso a nombre de Vasiliki Efandis y su negocio también era manejado por ella. Además, lo persuadió para que pusiera un auto Jaguar a nombre de su hija y de compartir las cuentas bancarias.
La acusada se contradijo con respecto a los mensajes de texto que él le había mandado y asimismo, acusó sin éxito a otro hombre con el cual Marcetta podría tener problemas.
Después de tres días de deliberación, el jurado acordó un veredicto de culpabilidad.
En noviembre de 2008, el juez Stephen Kaye condenó a Efandis a 24 años de cárcel, con un mínimo de 20 años.
A sus 50 años, la mujer no mostró ninguna clase de remordimiento, aún habiendo cometido un crimen tan atroz, premeditado y dejando a la víctima incapacitada para escapar de las llamas a causa de la gran dosis de calmantes.
La policía sospecha que ella puede estar vinculada con otros crímenes de personas mayores, que también perdieron la vida por envenenamiento. Estos individuos eran un blanco fácil para la asesina, cuyo móvil era el dinero.
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