Todos en algún momento hemos detestado el primer día de la semana, ya sea porque significa la vuelta a nuestros trabajos o estudios, y por ser el primero siempre pesa un poco más que los siguientes días. Si pudiéramos evitarlo, muchos haríamos “cualquier cosa”, pero el personaje de esta historia es una excepción.
La joven Brenda Ann Spencer rompió con lo imaginable al llevar su desagrado por el lunes a otro nivel, haciendo temblar a toda una nación.
Nació el 3 de abril de 1962 en San Diego, California. A sus 16 años era una típica chica de los años 70’, algo introvertida, creciendo en el hogar de unos padres recién divorciados y enfrentándose a una sociedad llena de estereotipos. Nunca alguien hubiera imaginado que bajo la apariencia de timidez de Brenda Ann, se ocultaba una potencial asesina a sangre fría.
En la Navidad de 1978, su padre Wallace Spencer con el cual vivía, le regaló un rifle calibre 22 con mira telescópica y 500 municiones ¡vaya padre! lo que hizo que Brenda se pusiera muy feliz pues, tenía cierta afición a las armas de fuego y a las historias llenas de violencia con las cuales fantaseaba muy a menudo. Además, deseaba dispararle a un policía.
La mañana del lunes 29 de enero de 1979 parecía ser normal para todos excepto para Brenda Spencer, quien estaba decidida a re-escribir la historia posicionándose en el centro de atención, forma curiosa de disipar su aburrimiento. Estando sola en casa, vio el momento preciso para que sus fantasías por fin cobraran vida. Tomó su rifle y se posicionó en una ventana encontrando rápidamente un objetivo: la escuela elemental de Cleveland que se ubicaba justo enfrente de su casa.
Brenda Spencer comenzó a disparar hacia los alumnos mientras reía, haciendo de ésta una escena llena de locura. Para tener 16 años, su puntería era muy buena, hiriendo rápidamente a 8 alumnos. El director de la escuela, Burton Wragg trató de protegerlos y se interpuso entre las balas y los niños, perdiendo así la vida al igual que el celador Mike Suchar, quien trató en vano de ayudarlo.
Al llegar la policía, Brenda Spencer le recibió con disparos hiriendo a uno de ellos en el cuello. Los oficiales rodearon su casa de inmediato. Durante 6 horas permaneció atrincherada hablando con los negociadores. Al rendirse y ser capturada, se le preguntó en el interrogatorio el por qué de sus acciones. Brenda Spencer sólo se encogió de hombros y respondió: “No me gustan los lunes, sólo lo hice para alegrarme el día no tengo una razón más, fue por divertirme. Me gusta el rojo y el azul de las chaquetas de los alumnos. Vi a los niños como patos que andaban en una charca y a un rebaño de vacas rodeándolos. Eran blancos fáciles para mí”. Brenda Spencer fue juzgada como adulta y declarada culpable de dos asesinatos y asalto con arma mortal. Fue sentenciada a una condena de entre 25 años a cadena perpetua con opción de libertad condicional.
Desde el incidente, ella ha pedido libertad bajo palabra 4 veces, dando 4 argumentos diferentes, entre ellos: que no fue quien disparó sino los policías, también alegó en su defensa que se encontraba bajo la influencia del alcohol y a pesar de encontrar botellas medio vacías en la casa, no presentó signos de intoxicación alcohólica. En las audiencias del 2001, y la más reciente en el 2009, Brenda Spencer aseguró ser víctima de maltrato y abuso por parte de su padre bajo los influjos del alcohol. A esta acusación, él respondió que no era cierto ya que se auto-identificó gay desde su nacimiento. Ella alegó que esa experiencia de abuso y maltrato la llevó a cometer este crimen.
Al negársele las peticiones de libertad bajo palabra, tendrá otra oportunidad de solicitar la libertad en el año 2019.
El crimen de Brenda Spencer y su falta de remordimiento inspiraron al músico Bob Geldof que compuso el tema I don’t like Mondays, donde se comentan los hechos ocurridos en la fatídica fecha. La canción fue un éxito del grupo británico Boomtown Rats, del cual Bob era vocalista.
La profundidad de la mente humana es incalculable al igual que todo lo que la rodea, pero cuesta creer que esta canción haya sido entonada por millones de personas, enganchadas por sus melodías alegres. Algunos conocen la sombría historia detrás de la misma, pero otros no. I don’t like Mondays es un homenaje lúgubre a un acto cruel, producto de la sangre fría de la joven Brenda Ann Spencer.
El padre de la asesina también debería haber ido preso. Un menor en su sano juicio reconoce las consecuencias de sus acciones, pero poseer un arma -es decir, tener el poder de decidir sobre la vida de otras personas- es una responsabilidad muy grande para alguien que todavía no tiene suficiente madurez mental.
El padre de la asesina también debería haber ido preso. Un menor en su sano juicio reconoce las consecuencias de sus acciones, pero poseer un arma -es decir, tener el poder de decidir sobre la vida de otras personas- es una responsabilidad muy grande para alguien que todavía no tiene suficiente madurez mental.
El texto de la publicación puede encontrarse en el siguiente video: Brenda Ann Spencer
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