Wendi Andriano nació el 6 de agosto de 1970. Es una asesina estadounidense que actualmente se encuentra en el corredor de la muerte, en el estado de Arizona. Fue condenada en el año 2000 por el asesinato de su esposo que se encontraba en la etapa final de una enfermedad terminal.
En enero de 1994 se casó con Joseph (Joe) Andriano y a los pocos años de casados, Joe cayó enfermo. Después de varios diagnósticos incorrectos, los médicos descubrieron en 1998 que sufría de un carcinoma adenoide quístico. Para ese entonces, su enfermedad ya era terminal. Joe probó con terapias holísticas pero en el año 2000 no tuvo más remedio que recurrir a la quimioterapia.
La pareja había tenido dos hijos y Wendi Andriano estaba trabajando como manager de edificios. Sin embargo, comenzó a sentirse superada por tener cada vez más responsabilidades y por tener que cuidarlo, entonces, comenzó a frecuentar bares y a tener aventuras mientras su marido -como podía- se hacía cargo de los hijos.
En la mañana del 8 de octubre del año 2000, Wendi Andriano golpeó a Joe de entonces 33 años con un taburete y le destrozó la cabeza. También lo apuñaló en el cuello con un cuchillo de 13 pulgadas en el apartamento que compartían.
Su autopsia reveló que había sufrido 23 golpes en el cráneo y se encontraron en su sistema rastros de azida de sodio. Resulta que primero lo había envenenado, pero como la larga agonía de Joe parecía no tener fin (el veneno demoraba mucho en matarlo) fue que recurrió a los golpes y al uso del arma blanca.
Aproximadamente una hora antes de que su marido muriera, Wendi Andriano había llamado a una vecina para que esta se quedara cuidando a los hijos mientras ella lo llevaba al hospital. Pero cuando la vecina llega al apartamento, la asesina le impide entrar. Resulta que él había vomitado el veneno, así que ésta debía seguir actuando para que muriera. Preocupada, la vecina llamó al 911 pero cuando los paramédicos llegaron al apartamento, Wendi Andriano les dio la espalda, declarando que Joe tenía una orden de no resucitarlo porque su deseo era morir y entonces, los paramédicos dejaron el lugar. Pero luego, una hora más tarde, Wendi Andriano llamó nuevamente al 911, reportando que había tenido que apuñalar a su marido en defensa propia. Agregó además que él era un abusivo que la lastimaba física y psicológicamente.
Esta fue una excusa nada creíble ya que estando Joe tan débil por la quimioterapia (y por las consecuencias del envenenamiento) el único indefenso era él.Wendi Andriano fue acusada de asesinato y el juicio comenzó cuatro años más tarde, el 23 de agosto de 2004. Aunque no tenía antecedentes penales, recibió la pena de muerte.
Los fiscales pudieron determinar que la causa del asesinato fue el dinero y porque no tenía ganas de cuidarlo. Lo más insólito del caso es que el marido habría muerto apenas un tiempo después, a causa de la propia enfermedad.
La evidencia hallada demostró además que Wendi Andriano había tratado de instaurar un seguro de vida para su marido ya convaleciente.
Asimismo, los fiscales argumentaron ella denunció por mala praxis a los médicos de Joe. Intentaron probar que Wendi uso azida de sodio (y también pesticida) para hacer creer que su marido había muerto de un paro cardíaco. En este punto, no obstante, encontré la versión de que ella les ganó el juicio a los médicos.
Asimismo, los fiscales argumentaron ella denunció por mala praxis a los médicos de Joe. Intentaron probar que Wendi uso azida de sodio (y también pesticida) para hacer creer que su marido había muerto de un paro cardíaco. En este punto, no obstante, encontré la versión de que ella les ganó el juicio a los médicos.
En su defensa, Wendi Andriano dijo que era maltratada por Joe y que él tuvo un arranque de furia cuando se enteró que salía con otros hombres. Dijo también que lucharon con el cuchillo y que debió matarlo en defensa propia. A pesar de su dramático testimonio, el 18 de noviembre de 2004 fue encontrada culpable de asesinato en primer grado y un mes más tarde llegó su sentencia.
Ya que fue un crimen considerado de mucha atrocidad, crueldad y depravación con un paciente terminal, Wendi Andriano resultó condenada a muerte por inyección letal el 22 de diciembre 2004.
Apeló la condena en el año 2007, alegando que su sentencia se había basado injustamente en sus romances clandestinos o en el intento de cobrar un seguro ilegalmente, por lo cual fue perjudicada y no obtuvo un juicio justo.
También afirmó que a los jurados no se les permitió considerar cargos menores, como el asesinato en segundo grado o el homicidio. En última instancia, su condena fue confirmada por la Corte Suprema de Arizona en julio de 2007.
Después de que su apelación fuera desestimada, Wendi Andriano continúa intentando demostrar con sus abogados que fue condenada de forma parcial, y que los fiscales actuaron motivados por estereotipos de género, debido a los episodios de infidelidad. Si su caso es revisado, podría continuar con las apelaciones, pero de lo contrario, permanecerá en el corredor de la muerte.
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