La asesina en serie inglesa es comparada con otras asesinas históricas de ese país, tales como Myra Hindley o Rose West, las únicas que asimismo obtuvieron cadena perpetua por sus crímenes.
Joanna Dennehy recibió su sentencia (sin posibilidad de libertad condicional) con una sonrisa en el rostro y mirando al juez con condescendencia: para ella, todo se trató de una broma. Hasta bromeó con los policías mientras era detenida.
Asesinó a tres hombres a sangre fría en un lapso de 10 días y trató de matar a dos más. Fue condenada por los tres asesinatos, pero no por las tentativas de homicidio. Joanna Dennehy le comentó a su psiquiatra que mató para saber qué se sentía, para comprobar si aún experimentaba la misma frialdad luego de quitarle la vida a alguien.
Ella no actuó sola, sino que sumó a sus andanzas a Gary Stretch, de 48 años, quien también fue condenado a cadena perpetua con un mínimo de 19 años. Gary la ayudó a deshacerse de los cadáveres, participó en los intentos de homicidio y condujo el auto que Joanna Dennehy utilizaba para elegir a las víctimas. Gary llegó a estar en la lista de los hombres más buscados de Inglaterra. Joanna Dennehy contó además con la colaboración de otros cómplices: Leslie Layton, de 36 años, quien recibió 14 años de prisión y Robert Moore, quien deberá cumplir una condena de tres años.
Cristina Lee, la esposa de la tercera víctima, asistió a la audiencia con valentía junto a otros 22 miembros de la familia, incluyendo los hijos de Kevin Lee: Dino de 15 y Chiara de 25.
La asesina admitió los crímenes ante la justicia de Cambridge y luego haber enterrado los cuerpos en distintas zanjas. Lo macabro del asunto fue su costumbre de documentar las previas de cada asesinato, tomándose varias selfies con las armas que utilizaría para apuñalar a los hombres, a modo de preparación.
Las víctimas fueron Lukasz Slaboszewski, de 31 años quien acabó apuñalado en el corazón y según rumores, estaba manteniendo una relación con Joanna Dennehy; John Chapman, de 56 años a quien le clavó una navaja en el cuello, dos veces en el corazón y otras tres veces en el pecho. La tercera víctima fue su propietario y jefe Kevin Lee de 48 años, un veterano de la Guerra de las Malvinas. Fue hallado en una zanja con un vestido de lentejuelas negro y su trasero desnudo. El juez que estudió el cadáver, aseguró que el cuerpo fue colocado en esa posición como parte de una “humillación final”, un juego sádico que formó parte de la motivación sexual de Joanna Dennehy. Los crímenes fueron cometidos en el mes de marzo de 2013, en un período de apenas 10 días.
Cuando Joanna Dennehy terminó de asesinar a Kevin Lee, llamó a un amigo para bromear y le cantó el tema de Britney Spears: "Oops I did it again" (Ups, lo hice de nuevo).
Las dos víctimas que se salvaron de la muerte fueron John Rogers y Robin Bereza, pero ambos resultaron gravemente heridos.
La asesina tiene dos hijas, sin embargo perdió la custodia por su abuso de drogas y alcohol, además de cometer violencia doméstica contra su ex esposo.
Joanna Dennehy recibió su sentencia (sin posibilidad de libertad condicional) con una sonrisa en el rostro y mirando al juez con condescendencia: para ella, todo se trató de una broma. Hasta bromeó con los policías mientras era detenida.
Asesinó a tres hombres a sangre fría en un lapso de 10 días y trató de matar a dos más. Fue condenada por los tres asesinatos, pero no por las tentativas de homicidio. Joanna Dennehy le comentó a su psiquiatra que mató para saber qué se sentía, para comprobar si aún experimentaba la misma frialdad luego de quitarle la vida a alguien.
Ella no actuó sola, sino que sumó a sus andanzas a Gary Stretch, de 48 años, quien también fue condenado a cadena perpetua con un mínimo de 19 años. Gary la ayudó a deshacerse de los cadáveres, participó en los intentos de homicidio y condujo el auto que Joanna Dennehy utilizaba para elegir a las víctimas. Gary llegó a estar en la lista de los hombres más buscados de Inglaterra. Joanna Dennehy contó además con la colaboración de otros cómplices: Leslie Layton, de 36 años, quien recibió 14 años de prisión y Robert Moore, quien deberá cumplir una condena de tres años.
Cristina Lee, la esposa de la tercera víctima, asistió a la audiencia con valentía junto a otros 22 miembros de la familia, incluyendo los hijos de Kevin Lee: Dino de 15 y Chiara de 25.
La asesina admitió los crímenes ante la justicia de Cambridge y luego haber enterrado los cuerpos en distintas zanjas. Lo macabro del asunto fue su costumbre de documentar las previas de cada asesinato, tomándose varias selfies con las armas que utilizaría para apuñalar a los hombres, a modo de preparación.
Una de las fotos más famosas de la asesina |
Las víctimas fueron Lukasz Slaboszewski, de 31 años quien acabó apuñalado en el corazón y según rumores, estaba manteniendo una relación con Joanna Dennehy; John Chapman, de 56 años a quien le clavó una navaja en el cuello, dos veces en el corazón y otras tres veces en el pecho. La tercera víctima fue su propietario y jefe Kevin Lee de 48 años, un veterano de la Guerra de las Malvinas. Fue hallado en una zanja con un vestido de lentejuelas negro y su trasero desnudo. El juez que estudió el cadáver, aseguró que el cuerpo fue colocado en esa posición como parte de una “humillación final”, un juego sádico que formó parte de la motivación sexual de Joanna Dennehy. Los crímenes fueron cometidos en el mes de marzo de 2013, en un período de apenas 10 días.
Cuando Joanna Dennehy terminó de asesinar a Kevin Lee, llamó a un amigo para bromear y le cantó el tema de Britney Spears: "Oops I did it again" (Ups, lo hice de nuevo).
Las dos víctimas que se salvaron de la muerte fueron John Rogers y Robin Bereza, pero ambos resultaron gravemente heridos.
La asesina tiene dos hijas, sin embargo perdió la custodia por su abuso de drogas y alcohol, además de cometer violencia doméstica contra su ex esposo.
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